No
me crecieron alas en la espalda.
Hice todo lo posible
pero no hubo caso,
por eso vuelo con la
imaginación.
Y se me da por meterme
en los rincones del viento,
para ver con ojos de
cóndor
allí donde no se llega
con los pies.
Y posar en la cumbre de
los sueños a esperar el amanecer.
Y despertar.
(Navegante,
noviembre 2019)
Este blog llegó a su
fin. Lo que tenía para contar ya lo he contado; las historias que le dan forma
son reales, ese es el límite. Podía haber agregado alguna más, pero carecen de
aquello que invite a lo literario.
Escribir aquí para mí
fue como crear un libro de relatos, que no necesariamente exige comenzar por el
principio. Cualquier entrada puede ser leída antes o después.
Cada tanto vendré a
releer los motivadores comentarios que ustedes han dejado a lo largo de casi
once años, pero no más que eso. He conocido gente maravillosa, quedo
infinitamente agradecido por los gratos momentos que pasamos juntos.
El sitio no será
borrado, aquí quedarán los principales escritos cuyos enlaces dejo a
continuación para quien quiera leer, o releer. Y quien quiera dejar algún comentario más podrá hacerlo en las entradas principales.
Hasta siempre…
Sección "Amores furtivos":
Sección "Las
mujeres que me habitan":
Sección
"Signos"
Sección
"Suburbios"
Sección "Quedó en
el tintero"